UN MÉDICO SANTO
La Iglesia oriental celebra hoy uno de sus mayores mártires: San Pantaleón. Médico de los cuerpos y conquistador de las almas, dícese que, su nombre, que significa fortaleza del león, fué trocado por Cristo, en el instante en que se disponía a morir, en el de Panteleemón que quiere decir, todo misericordioso, símbolo de los bienes que la liberalidad del Señor se disponía a esparcir por la tierra y de la misericordia que obtendrían quienes la demandasen por su intercesión. Sus reliquias fueron distribuidas en numerosas iglesias occidentales y su fama le colocó entre los santos auxiliadores.
VIDA
Verosímilmente Pantaleón procedía de Nicomedia. Su muerte se coloca ordinariamente en los comienzos del siglo IV, hacia el 305, es decir, durante la gran persecución de Diocleciano y Maximiano. Después de haber padecido numerosos suplicios, créese el tiempo después de pentecostés murió decapitado. Su culto se popularizó en seguida extendiéndose por Occidente. Roma le consagró cuatro iglesias. Consérvase en Ravello, cerca de Amalfl, una ampolla que contiene su sangre, la cual se torna en estado líquido, como la de San Genaro, todos los años en el día de su fiesta. Es uno de los patronos de la corporación de los médicos.
PLEGARIA
Oh santo Mártir, tú más fuerte que Sansón planteaste y resolviste en ti mismo el enigma: de la fortaleza ha salido la dulzura.
Oh león, que caminas intrépidamente en pos del León de Judá, tú también supiste imitar su inefable mansedumbre; y así como mereció ser llamado eternamente el Cordero, así ha querido que sumisericordia resplandezca en su nombre imperecedero por el que, transformando el tuyo terreno, ha querido invitarte al eterno festín de los cielos. Por el honor del que es tu timbre de gloria suplicárnoste justifiques tu nombre más y más. Sé propicio con los que te imploran, con los desgraciados a quienes la triste consunción aproxima cada día a las puertas de la tumba, con los médicos que, como, tú, se desviven por la salud de sus hermanos; ayúdales a hacer llevaderos los padecimientos físicos, a sanar los cuerpos; enséñales, sobre todo, a curar las llagas morales, a salvar sus almas.
Fuente: Año Litúrgico de Dom Próspero Guéranguer
Domingo, 31 de julio de 2011VUELVE A LICUARSE LA SANGRE DE SAN PANTALEÓN
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