Oh Reina de Fátima, en esta hora de tantos peligros para las naciones cristianas, alejad de ellas el azote del comunismo ateo.
No permitáis que se establezca, en tantos países nacidos y formados bajo la sagrada influencia de la Civilización Cristiana, un régimen comunista que niega todos los Mandamientos de la Ley de Dios.
Con este fin, oh Señora, mantened vivo y aumentad el repudio que el comunismo encontró en todos los estratos sociales de los pueblos del Occidente cristiano.
Ayudadnos a recordar siempre que:
1°) El Decálogo nos manda “amar a Dios sobre todas las cosas”, “no tomar su Santo Nombre en vano” y “guardar los domingos y fiestas de guardar”. Y el comunismo ateo hace todo lo posible para extinguir la Fe, para llevar los hombres a la blasfemia y para crear obstáculos a la celebración normal y pacífica del culto;
2°) El Decálogo manda “honrar al padre y a la madre”, “no pecar contra la castidad” y “no desear la mujer de tu prójimo”. Ahora, el comunismo quiere romper los lazos entre padres e hijos, poniendo su educación en manos del Estado. El comunismo niega el valor de la virginidad y enseña que el matrimonio puede disolverse por cualquier motivo, por la simple voluntad de uno de los cónyuges;
3°) El decálogo manda “no robar” y “no codiciar lo ajeno”. El comunismo niega la propiedad privada y su importantísima función social;
4°) El decálogo ordena “no matar”. El comunismo emplea la guerra de conquista como medio de expansión ideológica y promueve revoluciones y crímenes en todo el mundo;
5°) El decálogo ordena “no dar falso testimonio”, y el comunismo utiliza sistemáticamente la mentira como arma de propaganda.
Haced que, frenando con decisión los pasos de la infiltración comunista, todos los pueblos del Occidente cristiano contribuyan a que se acerque el día de la gloriosa victoria que predijisteis en Fátima con estas palabras tan llenas de esperanza y dulzura:
“POR FIN MI CORAZÓN INMACULADO TRIUNFARÁ”