Fué santa Gudula hija de Wirgero, que era gran señor, y conde, y de Amalberga, que era hija de una hermana de Pipino, mayordomo mayor del rey de Francia, y gobernador de todo el reino.
Eran estos señores sus padres, no menos piadosos, y temerosos de Dios, que ricos, y poderosos, y la madre de santa Gudula, estando preñada de ella, tuvo relación, de que la hija que pariría, seria santa, y muy esclarecida en los ojos del Señor: y para el buen principio, y cumplimiento de esta revelación, cuando salió á luz la niña, santa Gertrudis, virgen admirable, y parienta suya, fué su madrina, y la sacó de la pila del bautismo, y después la tomó á su cargo, para criarla para Dios. Estuvo Gudula en el monasterio de Nivela, todo el tiempo que vivió santa Gertrudis, con maravilloso recogimiento, é insigne santidad. Habiéndose ido su santa maestra á mejor vida, se volvió á casa de sus padres, no para tener más libertad, sino para aprovecharse, y encenderse más vivamente con sus ejemplos en el amor de nuestro Señor.
A dos millas de la casa de sus padres estaba una aldea, llamada Morsela, donde había un oratorio ó iglesia, dedicada al Salvador: solía irse algunas noches con una sola criada la santa virgen á este oratorio, para darse más quietamente á la oración, y contemplación de su dulcísimo esposo. Iba una noche como solía: y el demonio mató la lumbre que llevaban, para que hallándose á obscuras, y sin saber el camino, no pasasen adelante. Púsose en oración santa Gudula, y luego la lumbre, que llevaba, se tornó á encender milagrosamente; y con este favor del cielo llegó al oratorio, y gastó toda aquella noche en hacer gracias, y alabar al Señor; y á la mañana siguiente, después de haber oído las misas, y cumplido con su devoción, tornó á su casa muy gozosa y contenía: pero en el camino encontró con una pobre mujer muy afligida, que traía consigo á un niño de nueve años, tan lleno de enfermedades, y miserias, que no era señor de sus miembros, ni podía alzar la cabeza para mirar al cielo, ni hablar, ni comer con sus manos: en fin, era un retablo de enfermedades y dolores.