En medio de la escalada de las tensiones entre Occidente y Rusia a consecuencia de la invasión de Ucrania, muchos europeos se están preguntando sobre el profundo significado de las sorprendentes luces vistas en la noche del pasado domingo 26 de febrero y en la noche del lunes siguiente en Francia.
“Luces del norte visitaron los cielos franceses durante la noche del domingo 26 de febrero, y una vez más en la noche del lunes”, noticia la edición internacional de Le Monde.
El fenómeno, por el cual se ilumina la noche “con inmensas cortinas de color”, “se observa [comúnmente] dentro del círculo polar ártico, particularmente en el extremo norte”, recuerda el diario francés, manifestando así lo inusitado del fenómeno en la Francia continental.
Sorprendido se manifestó el astrofotógrafo Louis Leroux, quien capturó con su lente algunos de los impactantes rayos que se veían en la región de Nord-Pas-de-Calais: “Nunca pensé que vivenciaría este espectáculo en nuestra región”, afirmó.
Se ha hecho viral una fotografía tomada en esos días por Mathieu Rivrin, también especializado en la captura de fenómenos metereológicos extremos, que combina las luces que salen de la famosa abadía del Mont-Saint-Michel con los tonos vioiletas y lilás de la ‘aurora boreal’.
“Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.”, dijo la Virgen a los tres pastorcillos de Fátima, en la segunda parte de su secreto de 1917. La expresión materna de advertencia aún conmociona, no tanto a aquellos que creen que Fátima es algo del pasado, sino particularmente a los que con Benedicto XVI consideran que “cualquiera que piense que la misión profética de Fátima ha terminado, se equivoca”. (Homilia no Santuário de Fátima, 13 maio 2010. In. Insegnamenti. Vaticano: LEV, 2010, v. 6.)
La belleza y grandeza de la manifestación natural ocurrida en Francia a todos debe hacer volver las vistas al Creador, Señor del Universo, a quien fácilmente olvidamos. El hombre es realmente pequeño ante Dios, aunque a veces no lo piense así. En momentos como estos, es importante recordar que Dios es el dueño de todo y que nuestra existencia depende de Él. La humildad y la gratitud son valores importantes nuestra la vida, y estos eventos astronómicos son una oportunidad para practicarlos y reconocer nuestra verdadera posición ante Dios.