Nació en la isla de Cerdeña , y se dedicó á la carrera eclesiástica.
Había prestado servicios importantes á la religión, y era diácono de la Iglesia de Roma, cuando por muerte de san León el Grande, fue elegido soberano pontífice, y consagrado el día 12 de noviembre del año 461. La alegría que produjo su elevación á la silla de san Pedro en todos los obispos del mundo cristiano, es una prueba de que era merecedor de aquella dignidad. El celo que desplegó Hilario en favor de la religión, y los cuidados incesantes con que procuró que se observase en toda su pureza la disciplina eclesiástica, repararon en algún modo la pérdida que había sufrido la Iglesia con la muerte del papa san León. Entre las cosas notables de su pontificado es una de ellas la prohibición de que ningún obispo eligiese á su sucesor, y la estricta observancia del canon del concilio de Nicea contra las traslaciones de los obispos de una silla á otra. San Hilario murió el día 21 de febrero del año 468 con la muerte de los santos, después de haber anatematizado a los heresiarcas Eutiques y Nestorio, confirmado los concilios generales de Nicea, Efeso, y Calcedonia, y tenido otro concilio en Roma, el año 460.
Fuente: La leyenda de oro para cada día del año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que comprende todo el Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset, Butler, Godescard, etc |