Gran Rosario que convocó a miles en Uruguay. El cardenal Daniel Sturla dijo que sigue rezando para que autoricen colocar la imagen de la Virgen en la Rambla.
Para el octavo encuentro de la familia católica en Uruguay, nuevamente la organización tuvo previsto todo lo necesario para que los concurrentes vivieran la fiesta en un ambiente propicio. Identificados con pañuelos, de color azul y celeste, había personas a disposición por cualquier consulta o necesidad.
Muchos de los participantes llegaron a tiempo al enorme talud que recibió a una multitud, junto a la Aduana de Oribe, frente al puertito del Buceo, para recibir una candela con su vela, un Rosario, y un folleto, en el que se explica cómo rezar precisamente el Rosario y cómo confesarse.
A la hora 18:30, comenzaron las confesiones y a las 19:00 horas se dio el recibimiento de la imagen de la Virgen María, acompañado de cantos y meditaciones.
En el encuentro de oración se pidió a Dios y la Virgen María por la protección, la armonía y la paz en las familias, según se afirmó, “amenazadas por las ideologías en un país altamente secularizado”. El evento contempló momentos de oración, alabanza y el rezo del Santo Rosario, en un evento coordinado y apoyado por unos 300 voluntarios.
El cardenal Sturla lanzó tres vivas en medio de los aplausos de la muchedumbre: ¡Viva la Vida! ¡Viva María! ¡Viva la Familia!
La Aduana de Oribe es el lugar que la Iglesia de Montevideo sueña para la instalación de una imagen de la Virgen. El cardenal Daniel Sturla aseguró que cada vez que pasa por allí reza para que algún día se concrete la idea. “Quisiéramos que su imagen estuviera aquí para siempre. Cada vez que paso por esta rambla rezo tres Ave María, esta plaza es de María, algún día la tendremos aquí”, aseguró.
Sturla citó una frase de la mártir católica española Victoria Díez: “ánimo compañeros que la vida puede más, veo el cielo abierto”. “Es una frase católica, que no nos la roben”, afirmó.
“Nosotros también vemos el cielo abierto con el Señor y la Virgen derramando sus bendiciones sobre Uruguay para que la vida triunfe sobre el aborto, la violencia doméstica y contra los niños y las mujeres, sobre la delincuencia y el suicidio”, afirmó el cardenal.
Por otro lado, el líder de la Iglesia de Montevideo leyó el artículo 40 de la Constitución, el que refiere al valor de la familia y su presencia en la sociedad.
“No demos más vueltas, no hay familia perfecta, no lo son las nuestras tampoco, tenemos dificultades. Pero eso no nos hace olvidar que hay un ideal cristiano de familia: papá, mamá y los hijos. Ese ideal lo defendemos aun recibiendo en la Iglesia a todas las personas sea cual sea su condición. La Iglesia es una familia que es una casa grande de puertas abiertas y nunca un club de perfectos”, destacó Sturla.
La participación del cardenal culminó con un sonoro aplauso.
Desafío.
Esther Meikle una de las organizadoras de la actividad, explicó a la Agencia Católica de Informaciones que el encuentro es preparado con mucha alegría y para esta edición se trabajó desde abril de 2018, porque “la obra de Dios es muy grande y queremos que perdure en el tiempo”.
Meikle agregó que “la gracia que derrama Dios allí, en el Rosario, es muy grande” y los testimonios son una prueba de ello. “Nos hacen llegar su experiencia de sanación, de reconciliación, de paz. A todo el que va con un corazón abierto Dios le concede lo mejor para su situación”, aseguró.
El Rosario de Bendiciones para las Familias comenzó en 2012 y fue organizado por unos veinte laicos de las parroquias San Pedro Apóstol, Medalla Milagrosa, San Alejandro y San Pedro Claver. En esa ocasión participaron unas 1.500 personas y hoy el número de fieles ha sobrepasado los 15 mil, provenientes también de Argentina, Paraguay y Brasil.
Meikle añadió que “se ha incorporado muchísima gente, trabajando en diferentes ministerios, para así lograr esta continuidad en el tiempo; que esto no traiga aparejado un desgaste importante en quienes colaboran”.
Como se recuerda desde el portal de la Iglesia Católica de Montevideo, a estos colaboradores se les denomina servidores y están encargados de diferentes tareas; el cortejo de la Virgen, alcancías para juntar las ofrendas, encargados de la música y la animación o garantizar la seguridad.
Además de haber preparado un gran escenario y cumplido con las tareas escenográficas, a nivel de contenidos este año se hizo un manual del servidor para la ocasión, “para que imitando a María, también nosotros podamos servir con mucha humildad, obediencia y amor”, comentó Meikle. “Y ese entendemos es el fruto del Rosario de Bendiciones”.
Son muchos los testimonios, que año tras año, llegan a oídos de sacerdotes, organizadores y servidores que participan del Gran Rosario de Bendiciones. Para Esther Meikle, las historias de conversión, de sanación y gracia son incontables. Y como muestra comenta: “Recuerdo el caso de dos chicas que sirvieron en el cortejo que recibe a la Virgen, en el que participan unos 200 jóvenes, y en un principio no estaban muy afines a participar. Insistimos y participaron. Lo cierto es que luego del Rosario participan como voluntarias de forma diaria en una parroquia”.
Meikle agregó que hay muchas familias “que nos hacen llegar su experiencia de sanación, de reconciliación, de paz. A todo el que va con un corazón abierto Dios le concede lo mejor para su situación”.
“La gracia que derrama Dios allí, en el Rosario, es muy grande”, concluyó.
Oraron por la familia unida
El enorme talud ubicado frente al puerto del Buceo quedó colmado de fieles de todas las edades en la tarde y noche de ayer; se calcula que más de 15.000 personas escucharon la palabra del cardenal Daniel Sturla y rezaron frente a la Virgen y la imagen de Jesús por una familia unida y para que la vida “triunfe sobre el aborto, la violencia doméstica y contra los niños y las mujeres, la delincuencia y el suicidio”.
Preparan una “fuerte Misión” para este año
La Iglesia Católica de Montevideo tiene previsto una actividad misionera desde la próxima Pascua. En tal sentido, elcardenal Daniel Sturla destacó que desde el próximo domingo 21 de abril se desarrollará una “misión muy fuerte” en toda la ciudad de Montevideo. “Vamos a anunciar a Jesucristo buscando al hermano cristiano que ha abandonado la práctica de la fe. La gente tiene necesidad de Dios y la Iglesia está en la calle como quiere el papa Francisco. Además, hay mucha gente que tiene necesidad de manifestar su fe”, afirmó Sturla.
Está previsto que la actividad se desarrolle a lo largo de tres semanas y en todas las parroquias y centros religiosos situados en la ciudad de Montevideo.
Antes de comenzar el evento, Sturla confesó a decenas de feligreses. Al terminar esa tarea fue consultado sobre diversos temas. Entre ellos, su visión con respecto al año electoral. En tal sentido, el cardenal llamó a reconocer que en Uruguay “tenemos una sociedad democrática que dirime sus diferencias de manera pacífica”. Además, mencionó que “hay gente muy buena en el ámbito político” y llamó a alentarlos. “No hay que caer en eso de que todos son malos, al contrario, hay mucha gente buena en la actividad política”, afirmó el cardenal.Maduro “tiene que dejar el gobierno”
#Una bandera venezolana apareció en medio de la multitud. La portaba muchacho venezolano recién llegado a Uruguay. Sturla recordó que en Montevideo funciona una parroquia que atiende a los inmigrantes a cargo de un sacerdote mexicano y un haitiano.
“La parroquia de Luis Alberto de Herrera, cerca de lo que era Impasa, hace años se dedica a los inmigrantes. Lo mismo se hace en una obra en la Ciudad Vieja que se llama El apostolado del mar. Hoy están desbordados. Ahora hay un grupo de cristianos que se están reuniendo para ver qué más podemos hacer. En las distintas parroquias se están integrando venezolanos y de otros países latinoamericanos”, dijo.
Con respecto a la situación política de Venezuela, Sturla destacó que sigue atentamente a los obispos venezolanos.
“Ellos están jugados por la libertad, la dignidad de la persona humana y porque haya un cambio que es absolutamente necesario. Es obvio que este señor (Maduro) tiene que dejar el gobierno, y que haya elecciones libres”, afirmó el cardenal Sturla.
Durante su breve homilía, frente a la multitud que apoyaba sus palabras, afirmó: “rezamos por Venezuela”.
“María, te encomendamos esta nación hermana”, rogó mientras el público aplaudía.