SAN PANTENO, CONFESOR

San Panteno de Alejandría, confesor. 7 de julio.

Este santo, llamado la abeja de Sicilia, á causa de su extraordinaria elocuencia, floreció durante el siglo II de la Iglesia. Nació en Sicilia, y pertenecía a la secta de los estoicos, cuando habiendo trabado relaciones y amistad con algunos cristianos, y enamorado de las virtudes que practicaban, abandonó las supersticiones del paganismo, y abrió sus ojos a la fé. Después de su conversión, dedicóse al estudio de los libros santos bajo la dirección de los discípulos de los apóstoles en la famosa escuela de Alejandría, a cuyo frente fué colocado, el año 179, dirigiéndola por espacio de muchos años con la más asombrosa reputación. Panteno fué el primer maestro cristiano de su siglo, y tal vez pocos lo hayan excedido en los posteriores. Su capacidad y excelente método que seguía en sus instrucciones, atraían a su escuela a todos los extranjeros, de los cuales muchos abrazaban el Evangelio, y se volvían de Alejandría, pregonando la admirable ciencia del maestro.

San Panteno

Los cristianos de la India le enviaron un mensaje para que fuese a su país a combatir contra los bramas en favor de la religión verdadera, y Panteno, que no deseaba otra cosa en este mundo que la gloria de Dios y el aumento de su grey santa, dejó su escuela y marchó a aquellas apartadas regiones. Bien pronto se hizo conocer la eficacia de su celo, pues todas las naciones orientales, que él recorrió brillaron desde luego con los fulgores de la fe, y lo reconocieron por su apóstol.  AI volver, después de algunos años, a Alejandría, trajo consigo un evangelio de San Mateo en hebreo, que había encontrado en la India donde lo había dejado San Bartolomé. Todavía continuó enseñando hasta que, siendo ya de muy avanzada edad, murió santamente, en Alejandría, por los años 215, dejando una reputación de sabiduría y de virtud de que pocos han gozado en más alto grado.

Fuente: La leyenda de oro para cada día del año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que comprende todo el Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset, Butler, Godescard, etc.

San Panteno, Padre de la Iglesia

El sapientísimo y apostólico doctor de la Iglesia san Panteno, a quien san Clemente de Alejandría llama por su elocuencia la Abeja siciliana, fue natural de Sicilia, y antes de convertirse a la verdadera fe, profesaba la filosofía en la secta de los estoicos. Mas habiendo conversado y trabado amistad con algunos cristianos, quedó tan enamorado de la doctrina de Jesucristo que le enseñaron que, dejando las supersticiones de los falsos dioses y los libros de la humana filosofía, abrió los ojos a la luz de la fe y abrazó de todo corazón la sacrosanta ley del Evangelio. Después de su conversión, estudió con gran cuidado las divinas Escrituras, conferenciando sobre ellas con algunos varones virtuosos y eruditos que habían sido discípulos de los santos apóstoles y pasando luego a la ciudad de  Alejandría se hizo discípulo de los que lo habían sido del Evangelista san Marcos, y enseñaban en aquélla famosa escuela Alejandría, la misteriosa figura del Hijo de Dios. Escuchaba en silencio todas sus lecciones, y ocultaba con tan rara modestia y humildad sus grandes talentos, que costó harto trabajo a sus maestros el descubrirlos; hasta que el año 179 por voz común de todos fue nombrado maestro de aquélla cátedra, en la cual por espacio de muchos años explicó la filosofía de las divinas Escrituras con gran aplauso y reputación de sabiduría. Porque fue en efecto san Panteno el primer maestro cristiano de su siglo, y glorioso padre doctor de la Iglesia, y como enseñaba con excelente método, atraía de muchas y lejanas tierras a numerosos discípulos los cuales, viendo lagran ventaja que hacía aquélla doctrina del cielo a las de los otros fílósofos, abrazaban la fe cristiana, y pregonaban por todas partes la admirable sabiduría de sumaestro. Los cristianos de la India, que venían a Alejandría para entender en sus negocios, le enviaron un mensaje, rogándole que fuese a su país a refutar a los doctores brachmanes, y el santo vencido por sus ruegos, dejó por algún tiempo su escuela, y se encaminó a aquellas apartadas regiones. Demetrio, Obispo de Alejandría, confirmó su misión y le nombró predicador del Evangelio En las naciones del oriente. Refiere Eusebio que san Panteno vio sembrada ya en aquéllas Indias alguna semilla de la fe, y halló un libro del Evangelio de san Mateo escrito en lengua hebrea, que había dejado allí san Bartolomé, Apóstol del Señor, y que san Panteno lo trajo a Alejandría, después de haber evangelizado con gran fruto a los hindúes durante algunos años. Finalmente, mientras el glorioso doctor san Clemente gobernaba la célebre escuela pública de Alejandría, su maestro san Panteno, que era ya de edad muy avanzada, continuó todavía leyendo algunas lecciones privadamente, hasta que lleno de méritos y virtudes, en el reinado del emperador Caracalla acabó la peregrinación de su vida gloriosa.

REFLEXIÓN

Utilísima es a la Iglesia de Dios la profunda sabiduría de los sagrados doctores, no porque nuestra sacrosanta fe tenga necesidad de filósofos que demuestren su divina verdad, porque la Religión católica no es alguna teoría o sistema filosófico, sino un acontecimiento histórico público y notorio a más no poder: sino porque los santos doctores enseñan la doctrina cristiana en toda su pureza, y como la recibieron de mano de los Apóstoles y discípulos de Jesucristo, y la defienden contra todos los herejes y filósofos libertinos.

ORACIÓN

  ¡Oh Dios! que nos alegras con la anual solemnidad de tu confesor san Panteno, concédenos propicio, que imitemos las virtuosas acciones de aquel santo cuyo nacimiento para el cielo celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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